Al ver ocultarse la montaña
entre la
blanquecina nube
en su avanzar
pausado,
tengo la
impresión
de volar con
ella
hacia ti.
Las finas gotas
de lluvia
apenas llegan
a humedecer el
suelo.
Son como fresco rocío
para tus labios
tan ansiados
por mi boca,
para tu cuerpo
tan ansiado por
mi.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
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