jueves, 11 de octubre de 2012

El mismo fuego.

El mismo fuego
que encendió tus pupilas
en otra ocasión,
calienta ahora
mis pies desnudos
y anima mi alma
a continuar aguardando
el maravilloso momento
de un nuevo encuentro.

Si las llamas pronunciaran
inesperadamente tu nombre
a lo largo de la noche,
correré a atizar el fuego.

Y si en sueños noto
el cálido roce de tus manos,
me las llevaré a la boca
en gesto de agradecimiento
y las besaré.

La luz de la sala
es débil
pero basta
para iluminar tu recuerdo
y revivir los delicados trazos
de la barra de cera
acariciada por la ágil
suavidad de tu mano.


Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

2 comentarios:

  1. Esto es amor. Amor en plenitud. No me cansaria de leerlo en toda la noche. Una confesión: he llorado...mi beso en colores....muackkkksssss....y buenas noches.

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    1. Gracias Mariangeles por tu visita y tus besos.
      La confesión me ha estremecido. Que una lectora llore por el placer de disfrutar un poema, eso no me había pasado o, al menos, no me lo habían dicho.
      Me alegra que te haya gustado y lo que digo siempre, el poema ha cumplido su objetivo pues ya no es mío. Es tuyo, vuestro, de los lectores.
      Abrazos.

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