Una noche
más, tras la cena,
sesión de
modelo en La Vila.
Una noche
más todo cambia,
menos la
alegría y el recogimiento
que siempre
reina en la sala.
Furtivas a
la pose de la modelo,
tímidas
sonrisas cómplices se dibujan
entre las
notas musicales de la radio,
tan solo
perceptibles
por el dedo
opresor del teclado,
siempre ágil,
y el objetivo que,
en esta
noche de febrero,
nos
acompaña, atento e inquieto,
en su
recorrido por la sala
plasmando esos
instantes
que nos
roban el aliento
y de los que
Raúl es notario fiel.
Ausencias
notables en La Vila
nos privan
de sus comentarios
siempre tan
acertados como irónicos
y tan llenos
de cariño.
Pero este
febrero, tan corto como loco,
nos ha
sorprendido de nuevo,
como viene
siendo habitual,
a cada cual
en su sitio:
caballetes y
pintores, lienzos y pinceles,
Antonia en
su taburete,
el rincón
del observador…
y la música.
Daremos
gracias,
en esta loca
noche de febrero,
porque
algunas caras nuevas
se sumaron a
la fiesta de la pintura
y no faltó
el herbero de Bocairente.
¡Que cunda
el ejemplo!
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Magnífico !
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