Acróstico
Erase una vez un próspero país
Naciendo poco a poco de un gran sueño
Creciendo y trabajando con empeño
Intentando dar color a tanto gris
El aire de la tarde palidece
Resoplan las gargantas agotadas
Resurgen viejas normas aparcadas
Ofuscan la mirada y atardece
Reclamo dignidad por mi trabajo
Espero el respeto en recompensa
Clamando por mi justa dignidad
Ofrezco transformar en agasajo
Ramillete que borre toda ofensa
Toda traba ante tanta adversidad
España ¿qué sería sin docentes?
Silencio, paro, ¡¡carne de indigentes!!
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