Entre la apariencia
y la realidad existe una negra zona que, por vasta y desconocida, suelo llamar
tierra de nadie, en la que habita la confusión y por la que vagan nuestras
ilusiones camino de ninguna parte.
Será por eso que
algunos besos no sepan a miel y nos quedemos con la hiel en los labios.
Y los sueños rotos.
Pedro Vera Sánchez,
Trinidad.
Los sueños siempre se rompen cuando no alcanzan los objetivos.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias Francisco.
EliminarY que vivan los sueños aunque se hagan trizas en ocasiones.
De esas lecciones también se aprende...
ResponderEliminarSaludos
Efectivamente, Mark.
EliminarViviendo y aprendiendo.
Saludos.