La muerte es
nieve que se derrite.
(Aurelio Guirao. Cieza)
En plena
primavera
te vino a
sorprender
la nevada.
Tus campos
comenzaban
a florecer.
Aquellos
prados,
cargados de
brotes tiernos,
han vencido
a la cizaña.
Con la
bonanza,
el alud
traicionero
te sepultó
irremediablemente.
La nieve,
tan blanca,
te llevó a
un negro destino.
La nieve,
tan húmeda,
agostó tu
vida.
Nieve, agua,
vida.
(Vida, cuando dejas de serlo.)
os rigores del invierno ya nos visitan, ya las
noches vagan tristes, dos almas gritan. Laten nuestros corazones por la alegría
de ver que el amor aumenta día a día. Ya las alegres mañanas al sol reciben, ya
he abierto mis ventanas que te perciben. Ya el aire revolotea, tiene alegría,
ya mi pluma se desborda… Ya mi pluma rompe y rasga su fantasía porque ha
aprendido tu nombre de escribirlo cada díaos rigores del invierno ya nos
visitan, ya las noches vagan tristes, dos almas gritan. Laten nuestros
corazones por la alegría de ver que el amor aumenta día a día. Ya las alegres
mañanas al sol reciben, ya he abierto mis ventanas que te perciben. Ya el aire
revolotea, tiene alegría, ya mi pluma se desborda… Ya mi pluma rompe y rasga su
fantasía porque ha aprendido tu nombre de escribirlo cada día
Pedro Vera
Sánchez, Trinidad.
Allá donde esté tu hermano, tus poemas llegarán como suave melodía en los eternos oídos del universo.Un abrazo
ResponderEliminarGracias Antonia.
EliminarAbrazos.
Me uno a tu dolor, maravillosamente expresado en ese agua que cambia de estado, como también lo hace el cuerpo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.
Gracias Francisco.
EliminarSí, el agua, fuente de vida, puede tambien matar y así he querido reflejar esta dicotomía.
Un abrazo.