Soneto con estrambote
(Acróstico)
Mientras que el grupo reunido cenaba
Apareciste con coquetería
Riendo como ríes cada día
Inundaste mi pupila que miraba
Antes aún de notar tu llegada
El aire de la sala condensado
Un suspiro ausente y despistado
Gimió de mi garganta ya cansada
Eras tú la luz que lucen tus cabellos
Noches que la luna añora y llora
Igneo fuego que irradia mil destellos
Al amparo de esa linda azucena
Para agrado del color de ese jardín
Al tornar en menguante luna llena
Solo quiero pedirte en esta noche
Tesoro de temidos bucaneros
Oír mi voz que no ha de hacer derroche
Recordando los dos versos primeros
(Trinidad)
Siempre pensé que un piropo era la primera parte, la cancela de un bello poema. Tú, en cambio, Pedro, piropeas versando y retratas de tal manera a tus musas que, cual eunuco consentido, exprimes y cantas enardecido a las hurís del harén de tus secretos.
ResponderEliminarGracias Paco. No son piropos sino letras que fluyen por amistad, por simpatía, por merecimiento, porque mi mente, siempre inquieta, va tras la belleza y, cuando la intuye, estalla.
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