Por si no habías reparado en ello aún, he de comunicarte, querido lector, que también las satisfacciones, si llegan en tropel, pueden causar, y de hecho certifico que lo causan, síndrome "ansioso-depresivo".
Aún así, he de reconocer que vivo estos momentos disfrutándolos a tope a pesar de mi ansiedad.
Ansiedad por no poseer el don de la ubicuidad y no poder satisfacer de forma simultánea a todos mis amigos y conocidos.
Os pido perdón y, por si os sirve de consuelo ( a mi sí que me sirve), tengo que recordar a todos que "no hay mal que 100 años dure ni cuerpo que lo resista".
Intentaré sobrevivir, reponerme y volver a prestar a todos y cada uno de vosotros la atención que os merecéis.
Prometido.
Gracias.
Debería copiar todo lo que aquí has puesto y llevarlo a mi blog ;) Yo también estoy esperando que se haga realidad lo de que "no hay mal que 100 años dure".
ResponderEliminarPerdo, muchs gracias por pasar por allí y dejarme tu afecto.
Un abrazo enorme.
El abrazo para tí, Luisa por acercarte a este espacio. Un abrazo.
ResponderEliminarNo sabes como te comprendo... Voy a husmearte, un saludo.
ResponderEliminarGracias Bandolera. Nos hablamos.
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