"Cuando un libro arde, mueren todas las vidas que lo hicieron posible, todas las vidas en él contenidas y todas las vidas a las que ese libro hubiera podido dar, en el futuro, color y conocimientos, inteligencia, goce y esperanza".
(Arturo Pérez Reverte)
Tengo el presentimiento de que la cosecha de 1951 no fue del todo mala. Como muestra, las palabras del prolífero Pérez Reverte, que aquí transcribo. Un buen "gran reserva".
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