Los días se suceden lentos
como lento es
el lento caminar de las nubes.
Las noches se suceden negras
como negro es
el color de aquellas negras nubes.
Una buena comida
se cocina a fuego lento
como lento es el camino
por el que nuestro amor se desliza
por el negro asfalto.
A fuego lento,
a ritmo lento,
todo sabe mejor.
A ritmo lento,
como viajan las nubes,
como discurren los días,
como tinta el negro la noche,
como bailan las hojas al caer.
Y yo me pregunto:
¿por qué nuestros corazones
laten tan desaforadamente?
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Esa es la cuestión...
ResponderEliminar¿Será porque somos breves ante la longevidad de la naturaleza que nos acoge y tenemos que vivir deprisa lo bueno de la vida?
Saludos amigo Pedro.
Será Tomás.
EliminarO tal vez puede tener algo que ver el hecho de que el amor todo lo transmuta.
Abrazos.