A estas horas,
aún te estarás acomodando
en lucha con la implacable mañana.
Pero los días son así
y la felicidad se obtiene
cuando,
tras vencer el hastío inicial,
ves colarse un rayo de sol
a través de la ventana.
Para llegar a tu estancia,
el sol, ha tenido previamente
que herir la superficie del cristal
y tú,
no has escuchado su grito.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Un maravilloso poema, en cada verso nos das un soplo de lucha por esa libertad personal que no debemos perder.
ResponderEliminarun saludo
fus
pd.vengo de facebook y te invito a mi blog.
He tenido que abrirme cuenta en tuiter para seguirte.
EliminarYa estamos en contacto.
Me satisfacen tus palabras y espero no decepcionarte en sucesivas entradas.
Abrazos.