Cigarra, que paras el verano lentamente con tu canto.
Hormiga, que , pausada, vas llenando tu despensa grano a grano.
Nube, de lento navegar que no eclosionas.
Roca, que herida de tantos siglos permaneces impasible.
Vidrio, que te dejas atravesar y en la ventana quedas.
Hoja, que la brisa no mueve, que el viento no gobierna.
Diana, que inerte soportas el aguijón de los dardos.
Jornalero, que has hurtado las agujas al reloj.
Agua de remanso que teme a la pendiente.
Flor de cementerio, que llegas a la muerte muerta.
Viajero, amigo de estaciones y apeaderos.
Deja, que el aire llegará a tu oído. No lo busques.
Las mismas estrellas del pasado, con su mismo vago temblor.
Vago transcurrir del tiempo con sus horas lentas.
Aunque no lo quieras, aunque no la busques,
de pronto un día la muerte caerá a tus pies.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Y llega sin buscarlo....
ResponderEliminarGrandes versos !
Es algo irremediable, amigo Mark.
EliminarSaludos.