No soy más que una pobre casa
levantada de adobes junto a una charca.
No soy más que unos ojos
húmedos de cariño.
No soy más que una mirada
clavada en un tiempo sin transcurso.
No soy más que mi pluma,
preñada de tinta,
esperando que mi mente esté de parto.
Una casa pobre,
unos ojos húmedos,
una mirada, una pluma.
No soy más que eso
si acaso soy algo.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Es mucho. Este poema aporta mucho !
ResponderEliminarSaludos
Al final no somos nada, amigo Mark, a pesar de que vivamos en una lucha constante por acumular cosas que no nos valdrán a la hora de marchar.
EliminarSaludos.