Soneto con estrambote
Poseedor de talento y corazón
Amante de la vida y la lectura
Rara avis que odia la incultura
Andrés ostenta ese galardón.
Armado de sus armas, la razón,
Nadie puede ajar a esta criatura,
De su fervor por la literatura
Reflejo es su ebúrneo armazón.
Éste prócer, sumido en mil silencios,
Silentes armonías son sus letras,
Guitarra callada y mudos arpegios
Ahondando y sondeando aquellos pecios
Remanso de millares de goletas.
Critica con tus letras a los necios,
Ínsulas nómadas, falsos poetas
Al pairo, sin norte, de vagos versos.
(Trinidad)
Andrés forma parte de ese ingente ejército de intelectuales que, en su inadvertido paso por esta vida, hace a diario de notario de la vanagloria de tantos analfabetos funcionales que pasean impávidos su desfachatez y desprecio del saber.
ResponderEliminarPor su amor a las letras y por nuestra amistad este insignificante trabajo ha visto la luz.
Un abrazo.
Gracias por:
ResponderEliminarPrimero, por calificarme con un adjetivo que no soy yo, aunque parezco.
Segundo, por hacer gala de virtudes de las que por supuesto carezco.
Tercero, por abrirme los ojos a la cultura, yo intelectualmente crezco.
Cuarto, por tener un amigo, maestro y consejero que por supuesto no merezco.