Maduro y tan cansado de la vida
A tu puerta llamé y fui recibido
Ningún reproche tu boca ha emitido
Obsceno me sentí, ¡¡Qué bienvenida!!
La palabra, cual áspide rabiosa
Inmolada se arrastra por las calles
Languidece y se pierde por los valles
Oráculo y morada de mi diosa
Podría soñar semanas, meses, años
Esperar en un andén sin esperanza
Zurciendo mis ajados, viejos paños
Pero observo que muestra la balanza
Óbolos, que arrastrando desengaños
Zafios versos deposita de fianza
Oasis áridos, mis lágrimas, mis años.
Te felicito Pedro por este poema lleno de aromina y musicalidad. Sin duda Manoli debe sentirse orgullosa de tí.Un placer visitarte.
ResponderEliminarUn abrazo
Gracias Carmela. Dice el refrán que es de ser bien nacido ser agradecido. Son pequeñas muestras de agradecimiento hacia personas que, de una u otra manera, van llenando de sentido una vida.
ResponderEliminargracias a ti Pedro y si Carmela,lo estoy
ResponderEliminarGracias a ti, Manoli por acercarte a esta mi casa que es la tuya y a este poema que es el tuyo.
ResponderEliminarUn placer ver tu comentario, nena.