quiero regalarte
para que despierten tus ternuras
del confín de la nostalgia.
Deja que se evaporen tus lágrimas
(que abrigan ilusiones imposibles)
y humedezcan tus pupilas
con su soledad inmóvil.
Un tragaluz de aire fresco
mueve tus tiernas hojas
abrigadas a la soledad de la mañana
observando el sigilo de tus pasos
que escapan, como palabras
heladas por la ausencia.
Espera,
que la hermosura del alba
se va acercando…
a engalanar tus mejillas.
(Trinidad)
Precioso querido poeta ... Un enorme abrazo
ResponderEliminarOtro para ti en este día tan especial, querida Chon.
EliminarPrecioso collage de palabras, cada una con vida propia y todas ellas una vida común.
ResponderEliminarUn abrazo.
Gracias amigo Francisco por tu visita y tus palabras.
EliminarEfectivamente, todas y cada una de las palabras forman el conjunto, el poema.
Saludos.