Ni los 0º
grados reinantes en esta rasa noche
de un noviembre caduco,
con todas sus
calles cortadas
celebrando
el “embolat amb corda”,
ni el
bullicio en el local de los festeros,
ni las barras
callejeras de las comparsas,
con todos sus
componentes alrededor del brasero
y las “graelles repletes de chulletes”,
ni la noche sin luna…
Nada ha logrado impedir
este nuevo reencuentro en la emblemática Vila,
en la sede de Font D’art.
Los artistas, fieles a su cita,
se han vuelto a congregar, una vez más,
para la cena, la tertulia y la modelo,
como siempre ha sido,
como siempre habrá de ser,
dando vida y agrandando la identidad del grupo,
a pesar de las ausencias.
El vino, el herbero, el calor humano
y la modelo, Eva, neófita en la sala,
han impuesto la cordura necesaria,
que tanto echamos en falta
en estos tiempos de locura,
de incomprensiones y absurdas
decisiones políticas y judiciales.
Me siento feliz esta noche
y noto que esta felicidad es compartida
por el grupo.
Volveré a Onteniente, volveré a la Vila,
volveré a las sesiones de modelo,
a oler el óleo, a escuchar el leve sonido de los pinceles,
a disfrutar de vuestra compañía…
Volveré, os lo prometo.
Un rosario de emociones vividas. Me alegro.
ResponderEliminarUn abrazo.
Llevas toda la razón, Francisco.
EliminarMenos mal que este cuento no acabó "como el rosario de la aurora", jajaja
Abrazos, amigo