Atardecer

El juego de colores

del atardecer, 

se llena de rojos

subidos e intensos,

de amarillos, anaranjados, 

se llena de matices,

cuando nuestras miradas

se entrecruzan

en la terraza de tu casa

y surge el beso espontáneo.

Hoy ha cambiado,

de forma repentina,

el panorama

y las olas, del rabioso

y fresco levante,

han llenado de grises,

tristes y anodinos,

toda mi retina

porque, tu ausencia,

tan presente y tan fresca,

se ha llevado tus caricias

y el calor de tus manos

con los últimos claros de la tarde.

Mañana seguiré

oteando el horizonte

por si acaso

una leve huella

de la ternura de tus caricias

asomara,

tímida e insinuante,

a devolverme aquellas tonalidades

que tan sólo

nuestros corazones conocen

y en nuestras almas mora.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.