y húmeda del baño
afloró todo su rubor,
de rojo carmín,
ante el espejo.
En su diálogo con el
agua,
las imágenes que dormían
en la superficialidad del
cristal,
rompieron las ataduras de
su cárcel
con la tenacidad de un
llanto
resbaladizo.
Ya liberadas, las
imágenes
recobraron su
transparencia
y su libertad
escapando al espejo tras
de ti
mientras...
abandonabas la ducha.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
OLE TUUUUU!!!!!!
ResponderEliminarGracias Josephine por ese entusiasmo que me ha llegado a través de tus palabras.
EliminarUn abrazo y continuamos con la creación para intentar, en lo posible, arrancarte otra sonrisa en cualquier momento.
Sutil y magistral el uso de las palabras bellas...
ResponderEliminarUn cálido abrazo
Gracias Aris Vs Chon por tus palabras, siempre tan agradables como plenas de cariño.
EliminarUn fortísimo abrazo guapa.
Me gusta más la cadencia del poema a mi higuera, Espero que no te moleste mi comentario. Tal vez sea una deformación profesional. Un saludo
ResponderEliminarConchi, el soneto siempre prevalecerá sobre el resto de la poesía. Al menos a mi me lo parece.
EliminarEl soneto a Cáceres y los sonetos en acróstico que tengo colgados son una prueba de ello.
¿Cómo me va a molestar tu opinión? En absoluto.
Un abrazo.