En un país
de Epulones,
con espuelas
y espolones,
los lázaros
desvalidos
se niegan a
ser vencidos.
Claman que
impere justicia
pues, es
tanta la avaricia
de quienes
han el poder,
que sienten
su sangre arder
y cada día que
amanece
ven que a su
lado fenece
un poco de
libertad,
viven de la
caridad
y están
siendo desahuciados:
son los
nuevos marginados.
Pueblo llano,
si estas vivo,
no asumas
que eres cautivo
y defiende con
tesón
los restos
de tu blasón
y contra la
hipocresía
haz valer tu
bonhomía.
La usura y
el descontrol
no son
propias del bizarro
y en
metáfora de flor
el usurero
es el cardo
y el pueblo
Cid Campeador.
(Trinidad)
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