Una vez
desarmados, escarnecidos, desahuciados, inhabilitados de todo derecho social…
¿Qué nos
queda?
Nos queda el
alma, principio que da forma y organiza el dinamismo vegetativo, sensitivo e
intelectual de la vida (RAE).
¡Y nadie puede arrancarnos el alma!
De ahí, el valor de la palabra.
Ahora toca hacer de ella un valor en alza.
el alma es la esencia de todo, bello poema, un abrazo
ResponderEliminarGracias Alicia.
EliminarUn abrazo.