martes, 21 de mayo de 2013

… en nuestra guarida.



Tus senos,
turgentes como montañas al alba,
afloran desnudos y sin pudor
al penetrar el sol en la alcoba.

Las sábanas,
arrugadas a un lado de la cama,
dejan tu cuerpo desprotegido,
indefenso a mi mirada,
bañado de luz,
inmenso mapa de trazos curvilíneos
como las trémulas auroras de primavera
que empuja este sol de mayo.

Te observo de nuevo
y me recreo en tus piernas,
abiertas a modo de abanico desplegado,
mostrando tu pubis,
fuente de mis inagotables deseos,
invitando a mis instintos
a continuar el viaje.

Te vuelvo a mirar, te giras
y me miras insinuando una sonrisa
tan sensual como perfecta.

El intenso olor de las tostadas,
presas en el tostador,
pasó desapercibido 
en el fragor de la batalla
del frotar de nuestros cuerpos
y la vehemencia de nuestros apasionados
y dulces besos.

El día continuó
en su lento e incansable caminar
saludando los tejados
y devorando las horas
ajeno a todo lo que sucedía

… en nuestra guarida.

8 comentarios:

  1. Poesía de bella factura.


    Mark de Zabaleta

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  2. Vengo del blog de Chelo.

    Me has hecho vibrar con esta bella, delicada y sensual poesía.

    Un placer leerte

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    1. Gracias Nerim, es un honor tener amigos como tú y como Chelo, amantes de la cultura en general y de la poesía, tan de élite, en particular.
      Saber que cuento con vuestro reconocimiento es un gran regalo.
      Un abrazo.

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  3. Hola Pedro, vengo del blog de Chelo,donde nos deja las imágenes de vuestro encuentro,algunos de tus poemas y tu opinión de la poesía que comparto.
    Así que me he dado un paso por aquí con mucho gusto.
    Un beso.

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    1. Gracias Marinel por tu visita.
      Me alegro de que hayas disfrutado de este paseo entre mis letras.
      Un abrazo.

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