"Ser amable es ser invencible"
(Proverbio chino)
Llegaste al atardecer
hablamos y ese, justo ese,
fue el punto de partida.
Era tu cara un océano de tristeza
en el que naufragaban tus palabras
y pedían auxilio tus sentimientos.
…
Ascendimos la pendiente
desgranando una charla distendida,
aspirando los aromas del monte,
entre el canto último de los pájaros…
y volvimos sobre nuestros pasos
para hacer recuento de sensaciones.
Fuera, el frío de la noche
cayó de repente
se acercó sigiloso y te abrazó.
El resto de la velada,
recostada en un sillón,
te mostraste distinta,
fuiste tú misma de nuevo
y volviste a sonreír.
¡Entonces apareció el poema!
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
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