Perdóname día
pero tu tránsito es duro
y mi cuerpo está débil.
Perdóname día
porque tu discurrir,
tan lento, tan cansino,
sume mis instintos
en la desesperación
hasta que
un golpe de aire fresco
me devuelve a la vida.
Gracias aire,
gracias día.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
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