Esta mañana,
a la hora en que los sueños
se apresuran a apearse de la noche,
me ha sorprendido la nube
iniciando su ascenso al monte.
Los pajarillos, a esa hora,
despertaban la mañana.
Esta noche,
a la hora en que los sueños
visitan las alcobas,
entre las cuerdas del tendedero,
me ha sorprendido la luna.
La nube dejaba paso
a las tímidas estrellas
que osaban manchar el cielo.
Esta mañana he mirado el sol
y he escuchado el canto
de los pajarillos.
Esta noche, en la terraza,
entre las cuerdas del tendedero,
he mirado la luna
y he creído escuchar tu voz.
Y no era hora de sueños…
ni de pajarillos.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Un poema hermoso, mi querido amigo Pedro.
ResponderEliminarGracias Mabel.
EliminarPoema leído, misión cumplida. Ya no es mío, es vuestro y vuela con sus propias alas.
Un abrazo.