miércoles, 7 de agosto de 2013

24 horas.



Según los cánones que miden
el tiempo cronológico,
24 horas correspondería a un día.



Dicho así, 
resultaría tan simple

que parecería banal   
cualquier explicación.



Pero, si hubiésemos de resumir

(en 24 horas)

un cúmulo de sensaciones…

¿cómo se mediría ese tiempo?



Lo efímero de la vida,

el instante,

la caricia,

la compañía,

el beso…

si se estira,

si se vive las 24 horas del día,

¿cuál es su duración real?



Yo no tengo la medida.



Desconozco esa forma de calibrar.



Pero, su hubiese de definirlo,

me vería en la obligación

de pedir otras 24 horas

de prórroga.



Y tal vez, 
si se me exige el desarrollo,

la tanda de penaltis.



Al final, la carretera,

todo lo engulle

en su negro asfalto.



         (Trinidad)




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