Es imposible
detener
el curso de
esta vida,
a la que
estamos abocados,
como lo es,
a mi entender,
el sentirnos ABO(chor)NADOS
por la
fecunda ineficacia de nuestra,
tan
respetable como inepta,
casta
política que ciega
(o tuerta en
el mejor de los casos),
todo lo
rige.
Gentes
honradas
pueblan los
cementerios
mientras,
impunemente,
pululan día
y noche los desalmados
que, de
forma gratuita,
destrozan
familias y vidas
gozando por
ello de beneficios
penitenciarios
como recompensa
a sus
fechorías y, al salir,
cobran el
paro.
Y todo gracias
a nuestro
sudor en vida.
¡Así nos va…
y tan panchos!
(Trinidad)
No hay comentarios:
Publicar un comentario