Yo, viviendo en mi humildad,
desconfío del prepotente.
Sus alardes podrían llegar a cegarme
y viviría abocado a largos y crudos
inviernos grises...
Yo, viviendo en mi humildad,
sabedor de mis debilidades
(todas)
conozco mis limitaciones
y con agrado las asumo.
Yo, viviendo en mi humildad,
noto cómo la fuerza de la razón
se me aferra y me atenaza...
Tú ...
puedes (si quieres) elegir...
y seguir siendo
... libre, como el aire...
en el aire.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Hola Pedro!
ResponderEliminarSoy Miguel Angel Carroza. Sabes? Soy educador social por lo que me gusta todo texto relacionado con valores, pero también me gusta encontrar belleza en las cosas sencillas.
Tus versos me han recordado a un libro que me estoy leyendo: Palabras para mí mismo (Hugh Prather) que recomiendo a todos los que les haya gustado tu poema.
Un abrazo!!
Es más grato tener una postura de humildad ante la vida y quienes nos rodean, también es cierto, que no existe una causa, por la cual, mirar en menos a nuestros semejantes, un placer
ResponderEliminarsaludos Pedro
Gracias Miguel Ángel y Pedro por dejar vuestro testimonio. Si la humildad no nos acompaña en nuestra vida, mal enfoque tendremos del futuro que nos espera.
ResponderEliminarPedro....Muy bellos tus textos....la persona mas humilde es la que mas respeto tiene hacia el pròjimo...muchas veces es como que se rebajan hasta en su saludo....los no muy ....te humillan con su mirada...
ResponderEliminarsin razòn.
un Beso desde Argentina