Vuela la paloma
sobre el olivar.
Se marcharon los pichones,
no los ha vuelto a encontrar.
Ahora, con vuelo cansino,
no tiene dónde anidar,
no encuentra el árbol frondoso
que tuvo por palomar.
Pero la paloma vuela
sobre el olivar.
Y va cayendo la tarde
mientras vuela la paloma
con rumbo desconcertado
siguiendo al sol tras la loma.
Vuela la paloma
sobre el olivar.
Se marcharon los pichones,
no los ha vuelto a encontrar.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
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