viernes, 26 de julio de 2013

El sonido del silencio

Desde que asomé al balcón
abierto a las cordilleras
que dan la forma a tu pecho,
noto esa inmensa aorta
que, con mil impulsos,
irriga mi corazón dividido.

Fue la perfecta visión
(tan genuina y eterna)
de tu cuerpo estilizado,
catarata de blanca espuma
que me fundió en tus brazos
de tintes multicolores
abrazado a tus cabellos.

...

Me callaste con un beso,
con un beso apasionado
bañado en nieve fundida
exhalada de tus poros
de mujer enamorada.

Y disfruté del sonido
de todos nuestros silencios.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

4 comentarios:

  1. En el amor, los silencios son más profusos y eficaces que las palabras.
    Un abrazo.

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    1. Gracias Francisco.
      ¡Ay, los silencios, cuánto dicen!
      Saludos, amigo.

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  2. El silencio habla, pero requiere de la verbalización de esa experiencia para llegar a comprenderse. El silencio más bello siempre es una palabra, aunque no siempre deba pronunciarse.

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    1. Pues ahí se hace patente el silencio, en esa impronunciable palabra.
      Y sí que dice un silencio, sobre todo si se tiene la mirada clavada en las pupilas del interlocutor/a.
      Saludos.

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