A lo largo de mi
vida, siempre me ha importado menos el dormir que el soñar. De hecho, he soñado
muchísimo más de lo que he dormido y en ello continúo. Es una constante en mi
vida y en mi pobre obra.
También es cierto
que otrora, los ritmos, en mi quehacer diario, se movían entre semifusas y
corcheas y ahora transito más el territorio de las redondas y las blancas, con
alguna esporádica intrusión en la parcela de las negras y cuido más mis
movimientos.
Lo que antaño
fueran “allegros vivaces” van tomando matices de “andante moderato salpicados
de adagios” y he pasado de la polca y el pasodoble, a los boleros y las baladas.
Por cierto, y como
aclaración, en el tema de las baladas… ¡Cuánto borrego anda suelto!
¡Música, maestro!
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Pedro.... ! Música maestro !
ResponderEliminarSabes se tocar el piano, tengo un hermoso piano y está celoso de la computadora... paso más el tiempo con ella que tocándolo a el.
Siempre me digo mañana le doy tiempo a el y la compu me atrapa...
Muy lindas tus letras sonando entre las notas musicales.
un beso desde Argentina
Gracias Doris.
EliminarFeliz semana.
Muy fresco y adecuado el símil musical de corcheas, blancas y negras, movimientos... con la edad y la evolución de la vida humana. He sonreído al final con lo de "¡Música, maestro!". Gracias por hacerme sonreír.
ResponderEliminarPues me hace muchísima satisfacción haberte arrancado una sonrisa, Anna. La vida ¿qué es sino eso, un baile?
EliminarGracias.
Ni Bach lo hubiese transmitido mejor...
ResponderEliminarEl Aria de la Suite nº 2 acompaña tus palabras!
Feliz Verano
Gracias Mark. Espero, en tus recomendaciones, no encontrar muchos sostenidos pues habría de echarle "bemoles".
EliminarSaludos.