¿Qué tendrá el
Mondúver, guardián y rey de La Safor gandiense, las noches de luna llena de
Julio, que es un peregrinar de almas hacia su cresta?
¡Desde allí, en
tales cotas, no podéis acariciarla!
Yo, menos
pretencioso y con mi cuerpo ajado por los años, prefiero recostarme a su lado,
sobre la arena de cualesquiera de las bahías aguileñas, y esperar que, a su
llegada, me bese su reflejo oferente con su baño de luz.
Entonces charlamos
de tú a tú, cara a cara, de frente y me cuenta historias de su lado oculto.
Yo le respondo al
oído mientras, reflejada en el agua, acaricia mis pies con una sonrisa
cómplice.
Y así, noche tras
noche, hasta que la negra boca del septenario la engulle y me la arrebata.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Gran poesía !
ResponderEliminarSaludos
Gracias amigo Mark por tus amables palabras.
EliminarUn abrazo.