Cuando el sol se despereza
viene a mirarse en tu cara
porque sabe con certeza
que la tienes limpia y clara.
Después mirando tu piel
ve cómo el día se aleja,
su corazón, rojo miel,
llora y con pena se queja.
Porque con la noche oscura
sabe que la luna llega
a abrazarte con ternura
y con su velo lo ciega.
Se pasa toda la noche
pensando en ti sin cesar
con el único reproche
de no poderte abrazar.
Y así soporta el tormento
las noches de luna llena
hasta que legue el momento
de entrar en su fase nueva
y disfrutar el reencuentro.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Excelente!
ResponderEliminarGracias amigo Mark.
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