
lunes, 29 de agosto de 2011
miércoles, 10 de agosto de 2011
Cuando tus labios callan...
Cuando tus labios callan,
asoma, tras la primera caricia,
tu poderoso encanto.
Amanece el sol en puerta oscura,
en la penumbra de unas manos ciegas,
ciegas manos buscando tu figura.
Figura pura
como una verdad
dicha en susurros.
Susurros que galopan
levemente
al encuentro
de la roja aurora.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
martes, 9 de agosto de 2011
No me atrevo a mirarte.
No me atrevo a mirarte
porque tus ojos me embriagan
y, en mi dudar, un calor
sofocante, atrevido,
penetra mi alma
como el fragor de tus besos
atrapados en mi pecho.
Te siento...
Abrazaré tu hermoso torso,
reverdecido por el aroma intenso
de tu dorado vientre.
Amor, ¿me esperas?
Ya te llego.
Escalaré hasta tu boca
succionando los poros de tu piel.
El mar...
El mar es un torbellino
de color amargo,
que grita sangrante
salpicando gotas de espuma,
que busca el infierno
como un proscrito.
Su brazo toca la enorme roca
y… cuando ruge, brama,
y cuando habla, ronca.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
domingo, 7 de agosto de 2011
Mi alma se oscurece...
Mi alma se oscurece,
se acongoja,
adormecida por tu ausencia desolada.
Llora mi corazón al alba
mientras mi otro yo se pierde
por senderos de nostalgia.
Marchitas las hojas caen al suelo
mientras el viento,
arrastrándolas al vacío,
mis penas mece, ansioso.
Y el mar está gris.
¿Por qué perdí para siempre
la ilusión de tu mirada?
Y lloro.
El cénit de la dicha...
Con el naranja del amanecer
atravesando mi ventana,
tu cuerpo, aún yacente ,
desprende pétalos de radiante luz
robados a la noche.
Mi corazón,
derramado aún en la penumbra,
te busca exasperado.
¡Luna que quiebras su cintura,
luna decadente,
haz un hueco donde cobijarme puedas!
Mis labios te llaman,
mi cuerpo te anhela,
el cénit de la dicha
contigo me lleva.
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