miércoles, 31 de julio de 2013

Mi alma...

Foto fija de grupo, como colofón de la maravillosa velada de ayer 30/07/2013 en la explanada del Auditorio, con la gratificante visita desde Granada de Brenda López, Mara Romero y Magda robles, Aris , Mariam Guerreiro y Andrés Garcia que nos llegaron desde Cehegín y los poetas de guardia Tomás Soler y Nieves Rodríguez.
Os dejo este poema como regalo:



Mi alma se oscurece y acongoja

adormecida por tu ausencia desolada;

llora mi corazón al alba.



Mi otro yo busca senderos de nostalgia.



Marchitas las hojas caen al suelo.



El mar está gris.



El viento, arrastrándolas al vacío,

mis penas mece, ansioso.



¿Por qué perdí para siempre

la ilusión de tu mirada?

Y lloro.

                            (Trinidad)

martes, 30 de julio de 2013

Noches de luna nueva.

Cuando el sol se despereza
viene a mirarse en tu cara
porque sabe con certeza
que la tienes limpia y clara.

Después mirando tu piel
ve cómo el día se aleja,
su corazón, rojo miel,
llora y con pena se queja.

Porque con la noche oscura
sabe que la luna llega
a abrazarte con ternura
y con su velo lo ciega.

Se pasa toda la noche
pensando en ti sin cesar
con el único reproche
de no poderte abrazar.

Y así soporta el tormento
las noches de luna llena
hasta que legue el momento
de entrar en su fase nueva
y disfrutar el reencuentro.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

lunes, 29 de julio de 2013

Recuerda...

Recuerda que, 
mientras duermes,
la vida continúa 
su lento avanzar.

Yo, prefiero seguir en vela
y así la veo pasar
pues mientras pasa
te observo
consumiendo los intantes
que trae abrazados el silencio,
que con tanta suavidad
me azotan, me acarician,
me enervan y me calman.

Recuerda que,
mientras duermes,
tú puedes dejar de quererme
pero nunca podrás impedir
que yo...
¡te siga queriendo!

domingo, 28 de julio de 2013

Anclada en mis pupilas.

Cuando la palabra amor se aloja
en la fragilidad del papel

nace predestinada a ser promesa rota

abocada a un  futuro efímero.



Aún así, me encanta verte

cuando desnudas tu sonrisa

y muestras, perfectamente alineadas,

tus almenas de marfil.



Al menos en ese momento

has reído, has vivido

y, por un instante,

me has hecho partícipe.



La papelera todo lo traga

                        (sin pudor)

pero la vida continúa,

como tu sonrisa…



anclada en mis pupilas.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad

viernes, 26 de julio de 2013

El sonido del silencio

Desde que asomé al balcón
abierto a las cordilleras
que dan la forma a tu pecho,
noto esa inmensa aorta
que, con mil impulsos,
irriga mi corazón dividido.

Fue la perfecta visión
(tan genuina y eterna)
de tu cuerpo estilizado,
catarata de blanca espuma
que me fundió en tus brazos
de tintes multicolores
abrazado a tus cabellos.

...

Me callaste con un beso,
con un beso apasionado
bañado en nieve fundida
exhalada de tus poros
de mujer enamorada.

Y disfruté del sonido
de todos nuestros silencios.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

miércoles, 24 de julio de 2013

Jo no tinc res que oferir

Sabiendo que tu obra es dilatada
Audaz y descarado me presento,
Liviano de equipaje y tan contento,
Viniendo de una región olvidada.
Amigos que a Salvador veneráis
Decid a voz en grito qué os parezco,
Orate que tal honra no merezco,
Recibís y doblemente agasajáis.
El arte y la oratoria en mi no habitan
Sé valorar cuán poco represento
Perdón por mi osadía os reclamo.
Rabel en el que tres cuerdas palpitan
Imploro que entendáis mi sentimiento
Ufano siempre voy con lo que amo.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.



viernes, 19 de julio de 2013

¡Pobres campesinos!

No fue decisión mía

ni el cómo ni el cuándo

ni el dónde nacer.



Pero me siento orgulloso

de ver la luz primera

rodeado de campesinos

con sus pantalones remendados,

sus abarcas embarradas

y sus rostros surcados

de sol y miseria.



No fue decisión mía

pero, mirando hacia atrás,

cada día me siento más orgulloso

de ver que mis raíces

están en la tierra, en el campo

y es la madre Naturaleza

mi propia madre.



Y aunque, esos mismos campesinos

vivan y se consuman día tras día

en las mismas miserias,

me siento orgulloso de ellos.



Gracias a su trabajo,

sus penas y sus miserias

la vida continúa y los trepas,

vampiros y otras castas doradas

sobreviven esquilmando

el fruto del sudor de su frente.



De ese tema hablaré en otra ocasión

pues no creo que su mal tenga remedio.



Y si lo tiene…

¿a quién corresponde darle solución.



¡Pobres campesinos

de mísero futuro asegurado!



Pedro Vera Sánchez, Trinidad

martes, 16 de julio de 2013

¡Música, maestro!

A lo largo de mi vida, siempre me ha importado menos el dormir que el soñar. De hecho, he soñado muchísimo más de lo que he dormido y en ello continúo. Es una constante en mi vida y en mi pobre obra.

También es cierto que otrora, los ritmos, en mi quehacer diario, se movían entre semifusas y corcheas y ahora transito más el territorio de las redondas y las blancas, con alguna esporádica intrusión en la parcela de las negras y cuido más mis movimientos.

Lo que antaño fueran “allegros vivaces” van tomando matices de “andante moderato salpicados de adagios” y he pasado de la polca y el pasodoble,  a los boleros y las baladas.

Por cierto, y como aclaración, en el tema de las baladas… ¡Cuánto borrego anda suelto!

¡Música, maestro!

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

lunes, 15 de julio de 2013

Adagio.

Tras esta prolongada vigilia onírica

un despertar en forma de Adagio

ausente de Lara

es totalmente imposible.



La realidad no es más

que un ingrediente del sueño

que se hace patente,

se perpetúa, se instala

e inunda mi cuerpo ávida de pasión,

ardiente caudal de emociones,
con tintes de Allegro,

que reactivan efervescencia veinteañera

en un cuerpo cargado de años
que canta y se mueve a tempo Larghissimo.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.


Fantasma de opereta.

A veces pienso que me ha tocado interpretar el papel de fantasma en esta opereta que es la vida.



Tal vez por eso nunca me ha gustado la Historia. Suele tener una alta concentración de episodios Reales, con nombres y fechas, y una larga letanía de cruentas guerras con sus tristes regueros de sangre abancalada en las cunetas.



Igualmente cierto es que, raras veces, encontramos algún oasis de cultura en el que reponernos, pero, de vuelta a la vida, observo cómo una panda de analfabetos incorregibles, intentan regir nuestros destinos hacia no sé qué punto de no retorno en el que la cuerda rompe de tanto tensarla.



Y ese punto de no retorno, pasará a los anales sin que cuente mi humilde opinión de alma inquieta de hoy que no alcanzaré a leer mañana.



Tal vez quede perdida en ese oasis de vestigios, inadvertida, como papel secundario de esta farsa teatral que hoy se nos ofrece de forma gratuita.



Perdón por el lapsus. Quise decir “que hoy se nos ofrece”.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

sábado, 13 de julio de 2013

Penélope.

Penélope llegó al atardecer

y, sin mediar palabra, me besó,

asió mis manos con suavidad

y me llevó a contemplar

los colores del ocaso.



Tras una cena frugal

me echó sobre la yacija

y vertió toda su furia amorosa

sobre mi

y, aún adormecido, me despertó

recitándome a Neruda

y me entregó un paquetito

con una gorra de regalo.



Yo pensaba en Hernández,

cara al frente,

olor a campo,

secas tierras

y pedregosos caminos



Fue un momento de plena lucidez

lo que observé en su mirada

al tiempo que aquella luz mediterránea

nos traía olor a sal y brea

mientras las huellas de mis dedos

recorrían lentamente su espalda.



Penélope marchó temprano

con la tristeza anclada en sus pupilas

y la promesa de un próximo encuentro.



Aún conservo la gorra,

las letras de Neruda

y la frente altiva de Hernández

pero… ¿y su recuerdo?




Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

viernes, 12 de julio de 2013

Selene y el Mondúver de Gandía

¿Qué tendrá el Mondúver, guardián y rey de La Safor gandiense, las noches de luna llena de Julio, que es un peregrinar de almas hacia su cresta?

¡Desde allí, en tales cotas, no podéis acariciarla!

Yo, menos pretencioso y con mi cuerpo ajado por los años, prefiero recostarme a su lado, sobre la arena de cualesquiera de las bahías aguileñas, y esperar que, a su llegada, me bese su reflejo oferente con su baño de luz.

Entonces charlamos de tú a tú, cara a cara, de frente y me cuenta historias de su lado oculto.

Yo le respondo al oído mientras, reflejada en el agua, acaricia mis pies con una sonrisa cómplice.

Y así, noche tras noche, hasta que la negra boca del septenario la engulle y me la arrebata.


Pedro Vera Sánchez, Trinidad.


jueves, 11 de julio de 2013

En estado de alienación.

Algún día seré famoso y acariciaré la gloria con mis manos.

Tendría lujosas mansiones, rodeadas de robustos muros, inaccesibles a miradas extrañas y envidiosas de mi poder, me zambulliría en solitarias playas paradisíacas, de doradas arenas, con la única compañía de las transparentes y cristalinas aguas del mar, ajeno al indiscreto objetivo de los miles de paparazzi que a diario me perseguirían y pasearía libremente rodeado de escoltas, guardaespaldas y diligentes secretarias atentas a cualesquiera de mis gestos, apetencias o sugerencias.

Algún día seré poseedor de ese y otros muchos otros premios que tan merecidos tengo.

Entre tanto, sólo puedo disponer de todos aquellos amigos que me quieren y valoran, no por lo que soy sino, más bien, por quién soy y siempre están dispuestos a ofrecerse a mis humildes  requerimientos.

El director del banco, que también es mi amigo,  cada día me repite, sin insistencia, que mi único problema es la falta de liquidez. A continuación me acompaña a una terraza colindante con la entidad y me invita a tomar un café o una cerveza en función de la hora del día en que le visito.

Acto seguido, arranco mi vieja vespino roja y regreso puntualmente a reunirme con la confortable y silenciosa soledad de mis árboles, cojo mi silla y la coloco bajo el pino de mi casa, a la sombra, entre la alegre algarabía de trinos de los pájaros que me acompañan en el descanso, medito, leo o escribo.

Es mi rutina, mi forma de vida.

Y soy feliz.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.