Esta
vida que vivimos,
y
que nos parece eterna,
a
veces tan gratificante
y
otras nos aboca a la nada
salvo
que un espíritu fuerte
nos
haga conservar
la
moderación ante el fracaso
aún
viendo como se desprende
la
piel de la sierpe.
Y
es que la vida es ese árbol en flor
que
se balancea al soplo dulce
de
las ilusiones.
…
Vosotros,
que tocáis a diario
los
finos hilos del alma
y
pobláis la noche,
como
barcos de blanco papel,
navegando
por el filo que separa
la
vida del dolor y la desdicha.
A
vosotros,
como
tantos otros profesionales,
va
mi respeto y admiración.
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