domingo, 18 de diciembre de 2011

Amanecer.



¡Qué mala la envidia
qué malos los celos!

Esta mañana
la nube abraza la montaña,
la abarca por completo.

Esta mañana
los pajarillos y las ardillas
andan como locos
saltando de rama en rama
intentando consolar,
sin conseguirlo,
a los pinos que se han visto
privados de las caricias
del sol.

La alcoba
no entiende que la mañana
sea diferente,
sin sol, sin ti.

Tantas ausencias la contagian
del nerviosismo exterior y
me ha preguntado
si el fresco aroma que se cuela
por la ventana
está ligado a tu recuerdo.

Yo observo en pié,
desde la terraza,
y pienso en los bellos momentos
que nos aguardan.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

6 comentarios:

  1. Me gusta ese final prometedor, tan lleno de esperanza. A días y ausencias, lo mejor es estar de pie siempre con esa actitud de que aún se puede más, hasta traer el sol y la presencia de regreso.

    Estoy aquí y comienzo el grato camino de tus letras. Abrazo grande

    Anouna

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  2. Tu compañía, como la del resto de lectores, será el bálsamo que me anime a seguir escribiendo y me encamine hacia la consecución de ver cumplidas vuestras espectativas.
    Otro abrazo para tí.

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  3. La belleza de un nuevo día, esta condicionada a la forma de mirarla, hermoso poema Pedro
    saludos

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  4. Efectivamente, podríamos decir aquello de... el color del cristal con que se mira.
    Gracias por tu visita.

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  5. Si un poeta como tú ilumina la brumosa mañana con estos bellísimos versos, no puede existir nadería a la que no le saques linda lírica, querido Pedro.
    Un abrazo trovero y poético.
    José María

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    Respuestas
    1. Gracias José María.
      Entiendo, o eso quiero entender, que no sea más que la amistad que nos une lo que te lleva a tan elogioso comentario.
      Saludos.

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