viernes, 3 de mayo de 2013

Noches de Oliva.



Una plaza fría,
una noche aciaga…

Noche de poesía
en la explanada de la iglesia
con niños correteando,
absortos en sus juegos
y ajenos a todo,
entremezclados con los versos
que alegraban las almas
esa noche.

Angels, Brines, Pessarrodona…
y yo, ausente en mi silla,
tan ignorado como feliz.

La noche apagó la fiesta,
bajamos del Raval
y nos sentamos en torno a un café
y unas raciones de tarta.

Todo terminó
con unos chupitos de Vodka azul.

Fue un final perfecto,
el último verso del poema
en las noches de Poefesta,
en las noches de Oliva.

8 comentarios:

  1. Un enorme y cálido abrazo .. querido poeta

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  2. Un pedazo de vida hecho poema...

    ¿Qué más se puede pedir?

    Abrazos, Pedro.

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    1. Hermano, ¿qué otra cosa es la vida sino el traje que vamos tejiendo con un montón de retales?
      Un abrazo acrobático.

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  3. La última noche de unas jornadas poéticas como un verso perfecto: epifonema al canto jaimegildebiedmano.
    Un saludo lírico para estos tiempos que piden tanta épica.

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    1. Pues sí, amigo Pico, amiga Aguilica, amigo Ábradas, el epifonema cerrando la noche y el poema.
      Gracias por tu visita y tu comentario.

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  4. Hola Pedro, es hora de soñar, acabo de leer tus noches de oliva y ahora me a dormir, no sin antes mirar a la luna...
    Un abrazo.

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