sábado, 21 de julio de 2012

Desde la amarga distancia.


Desde la amarga
y fría distancia,
intento asir
tu cálida mano
y estrecharla con la mía
a través del móvil.

A lo lejos,
se oye la melodía de tu voz
acunada por la brisa,
mientras el viento
arrastra tus pasos
hasta la puerta de mi casa.

Ya cae el sol
y la luna viste
sus nocturnas
y festivas galas
en la víspera del lleno.

Ya irrumpe
en nuestros tímpanos
el sonido de trompetas
de júbilo.

Ya es la hora
en la que nos rendimos  
                       ansiosos
a la conversación diaria.

Hora sagrada.


Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

2 comentarios:

  1. Me gusta mucho tu poesia, como todas es muy bonita...
    Un beso

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    Respuestas
    1. Gracias Amparo por tu comentario.
      Cuando el lector se siente satisfecho es cuando el poema cobra sentido.
      Otro abrazo para tí.

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