domingo, 23 de junio de 2013

¡Pobres criaturas!

     La maternidad podríamos decir que sigue el mismo proceso que un libro:  se engendra y se pare.

     Y justo ahí comienza la segunda parte de la historia.

   A lo largo de mi vida, he conocido mujeres (y hombres, claro está) sin alma pues, habiendo parido, jamás han sido madres, jamás han ejercido como tal.

   Mujeres  (y hombres, claro está) que suspendieron todas las pruebas.

     ¡Pobres criaturas!

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

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