jueves, 22 de mayo de 2014

Porque el amor es así.

La rosa siendo capullo
se estira sobre su tallo
con lozanía y orgullo.

La rosa una vez abierta
luciendo su colorido
con la mañana despierta.

Se estira y mira a su lado
presumiendo muy coqueta
porque se acerca su amado.

Al verle llegar se abruma
y despliega bien su corola
con el color de la luna.

        Va el amado enamorado
a peinar bien sus espinas
donde quedará clavado.

        Ya está en su tallo fundido
y permanece sonriente
por haberlo conseguido.

        Porque el amor es así:
en la fusión con la amada

hallamos el frenesí.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

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