jueves, 3 de enero de 2013

Víspera de Reyes.

Aquel hombre, en su anonimato y

cargado con toda su soledad,

esparcía unas migajas de pan

a las voraces palomas

sentado en un banco de la plaza

con la esperanza de que el sol mañanero

calentara tantas noches al raso

acumuladas en su alma.



         La gente, a esas horas,

ocupaba las mesas

amenizando el aperitivo con sus charlas

mientras los niños correteaban

tras las palomas

interrumpiendo el ir y venir

de los camareros.



         Era víspera de Reyes.



Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

2 comentarios:

  1. Unas palomas y otras, unas gentes y otras, unos Reyes y otros.
    Un abrazo.

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    1. Gracias Amando por tu visita.
      Unos Reyes con trono y otros destronados.
      Así es la vida.
      Saludos.

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