Tus cabellos se confunden
con los rayos de sol
que broncean la estancia
y doran el aire de la tarde.
Tus pies (desnudos)
juegan con la arena
erguidos como hipocampos
corriendo tras las olas.
Por lo demás…
eres tú misma,
tan bella, tan singular,
tan ágil como agua de río
que no cesa, que quiere
desandar su camino
para recrearse releyendo
el poema de tu cuerpo.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Me encanta este poema. Su estructura, su sensibilidad, sus pausas ... ¡Cada vez me va a gustar más leerte! No deberías haber tardado tanto en publicar un blog. Un saludo POETA.
ResponderEliminarGracias Ana María. En este taller, continuación de los que he llevado a cabo en el colegio con compañeros, intento incluir un poco de todo. Al fin y al cabo no es más que eso, un taller en el que encontrar estilos, tendencias y gustos tan variados como lectores pueda haber que se encuentren con este blog.
ResponderEliminarGracias por tus palabras aunque el final lo veo excesivo. Un abrazo.