A Juan Manuel Arce
(Cazador)
A la ladera del monte
suele bajar la perdiz
para buscar su comida
si quiere vivir feliz.
A la ladera del monte
suele bajar la perdiz
juntos el macho, la hembra
y el perdigón aprendiz.
A la ladera del monte
suele ir el cazador
por la mañana temprano
como buen depredador.
Va pertrecho de escopeta
con cartuchos y un zurrón
y escondido en un aguardo
espera ver la ocasión.
Mientras el macho reclama
con orgullo su canción
el cazador escondido
trama una triste traición.
La escopeta está cargada
y afina la puntería
mientras el ave infeliz
ve como despunta el día.
De pronto se oye un estruendo
de fuego y de plomo frío
que ensordece la mañana
y deja al ave sin brío.
Yace en el suelo sangrienta
la perdiz desconsolada
mientras piensa el cazador
en comérsela estofada.
(Trinidad)
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