Yo quisiera ser pirata
y ver tu barco en el mar
para con cables de plata
arrastrarlo entre las olas
hasta mi humilde fragata.
Una vez ya rescatada
y a salvo del temporal
no pediré a cambio nada
excepto verte feliz
a mi lado recostada.
Porque tu cara es reflejo
que no deja de cegarme
y en ella quiero mirarme
como si fuera un espejo
y en su brillo recrearme.
¡¡Y que decir de tus ojos
de un azul que al cielo ofende!!
Ebrio vivo sin beber
desde que te he conocido
porque al verte aparecer
olvido cuanto he sufrido
y me siento renacer.
Mis noches eran anhelos
grises mis amaneceres
ahora todo son desvelos
y mis ojos dos bajeles
que van surcando los cielos.
Quisiera ser bucanero
y volver de nuevo al mar
para examinar el cielo
y recorrerlo en suave vuelo
si te volviera a encontrar.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
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