La mañana amaneció gris
y el aire
arrastraba espumas de ceniza y plata.
Tu piel, tan blanca,
resaltó provocadora
entre los hilos de tu pelo y,
de pronto, tu presencia
me iluminó con una sonrisa.
¡ Tristes días nos trae el otoño,
melancolía!
Mientras, tú, toda tú,
cargada con tus escasos años,
en alas de frágiles mariposas
cabalgas,
para traerme el aroma
de todas las primaveras.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
Un eco en el tiempo vuela de un lugar a otro, llena aquellos silencios cambiando el color de los momentos enredados como abrazos que tejen un manto para cobijar su norte.
ResponderEliminarGracias Rosa por tu visita y tus palabras.
EliminarUn abrazo.