No me ignores, mírame.
No me roces, tócame.
No saludes, abrázame.
Porque…
Sólo tu mirada,
tu tacto, tus abrazos,
alimentan mi vida.
Mírame, tócame…
… hasta que te sientas llena
de ti, de mi…
… y vive.
Pedro Vera Sánchez, Trinidad.
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