jueves, 14 de octubre de 2010

Lágrimas de medianoche

He parado a escuchar el viento
que permanece mudo
cuando los árboles duermen
arrullados por tu voz.

El canto del agua
preso en la fuente
y su música, sujeta a las gotas,
guarda sus acordes
para escuchar tu voz
mezclada con el rocío...
mientras llora.

El color del aire palidece,
se diluye,
como lágrimas escapadas
a la escarcha de la noche,
para poder disfrutar
del aroma de tu piel.

El viento mudo,
el agua presa,
el color del aire,
y yo…
marinero de un barco
anclado en la esperanza
de mis palabras.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

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