jueves, 14 de octubre de 2010

Paráfrasis a J. A. Valente

“Cuando ya no nos queda nada,
el vacío del no quedar
podría ser al cabo inútil y perfecto.”
(J. A. Valente)


Espero aún que me prestes tus manos
para crear las palabras que no acierto
a pronunciar.

Tus manos y tu silencio,
continuo acoso que emana
borbotones de tristeza
y atraviesa mi corazón compungido
sin detenerse, como las olas
en su regreso al océano.

¡Aún tus manos acariciaran mi mente
mientras segrega estos versos
que no puede articular mi boca temblorosa!

¡Aún tus manos llenaran la oquedad
de tu persistente ausencia
con haces de besos silvestres
blancos de azahar y nardo!

¡Aún tus manos detuvieran la noche
que cae de bruces
antes que mi canto llegue
a acariciar tus oídos!

Sólo me quedan estos versos.

Sólo me quedan tus recuerdos.

Sólo me quedan unos ojos desnudos de ti.

Sólo la noche.


Nada, al fin, me queda.

Pedro Vera Sánchez, Trinidad.

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